Resulta muy curioso ver como a veces, algo que nos parece tremendamente real, acaba convirtiéndose en un engaño producto de una simple ilusión óptica. ¿Nuestros ojos nos engañan? Pues eso puede ser motivo de una buena discusión filosófica, aunque cierto es que de momento, disfrutaramos de este engaño al que nos somete nuestro principal sentido:
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